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La ciudad de Lieja es sin duda la ciudad valona con el temperamento más del sur. En lo que se refiere a los liejenses, son acogedores, cálidos, y les gusta salir de fiesta hasta altas horas de la noche. ¿Acaso no es por eso que se dice que Lieja es la Ciudad Ardiente?

#StreetArt #Patrimonio #Enpareja

Lieja, Ciudad Ardiente, es naturalmente acogedora y todo en ella respira la alegría de vivir, y el arte de divertirse. Múltiple, cautiva a los amantes de los dulces con su conocida gofre de Lieja, con aromas de canela, caramelo y vainilla, o con sus albóndigas en salsa liejense de conejo acompañadas de patatas caseras, que se sirven en la .

El pèkèt, que en su origen un alcohol blanco de enebro, se difunde hoy en múltiples sabores más o menos originales. Poco importa su sabor y su color, es imprescindible durante las Fiestas del 15 de agosto que tienen lugar en la república libre de Outremeuse. Durante estas festividades, se homenajea a las Marie y salen Tchantchès y Nanesse. Desde 2004, al pèkèt lo acompaña otro aguardiente que ha dado a conocer Lieja internacionalmente de lo mucho que ha seducido a los amantes del whisky: « The Belgian Owl ».

Lieja es también una ciudad que se moderniza y que no deja de evolucionar. La estación de Guillemins, firmada por el arquitecto español Calatrava, llama la atención con su estructura a la vez imponente y aérea, es más que nunca la puerta abierta para los turistas que vienen por curiosidad o que regresan por el recibimiento cálido y la personalidad de la que antaño se llamó «ciudad de los cien campanarios».

Lieja combina también una tradición y un pasado que se dan cita en la Place du Marché, al pie de la escalinata, símbolo de la libertad de la ciudad. Los callejones sin salida, las callejuelas, las construcciones antiguas, se cruzan a lo largo de las calles y de los barrios. Unos increíbles edificios religiosos se entremezclan en la decoración como la fabulosa Catedral Saint-Paul de Lieja, la Colegiata Saint-Denis, las fuentes bautismales de la Colegiata Saint-Barthélémy, el Palacio de los Príncipes-Obispos que sobresale en la Place Saint-Lambert, el barrio popular de la rue Pierreuse, las escaleras de Bueren y las laderas verdes. Estos son solo algunas de las maravillas que te esperan cuando te preguntas qué ver en Lieja, Bélgica.

En la Ciudad Ardiente, todo es pasión y entusiasmo